Yo hoy me permito volver a confiar

Este verano hice un curso online de Okuni llamado 7 energías de crecimiento. Uno de los temas que trabajamos en este curso fue la confianza. Según nos explicaba Isabel Díaz ese día, de todas las energías de crecimiento, la confianza es en su opinión la principal.

Las actividades que realizamos para trabajar esa energía durante el curso me hicieron reflexionar mucho sobre mis creencias sobre ella. A medida que las hacía, acudían a mi mente frases que oí decir de más joven a mis padres muchas, muchas veces. “No confíes en los hombres, te harán daño”, “No confíes en los amigos, te traicionarán”, “No confíes en tus compañeros de trabajo, se aprovecharán de ti” y un largo etcétera de otros no confíes que, de una u otra forma, se han ido sumando a lo largo de los años a estos primeros no confíes.

Recuerdo haber discutido con mis padres muchas veces cuando me daban estos consejos. También recuerdo a mis padres decirme de pequeña que yo era demasiado confiada y que tenía que aprender a desconfiar. Yo me resistía a creer que no se podía confiar en la gente y, a menudo, me enfadaba con ellos cuando insistían en que debía aprender a ser más desconfiada.

Con el tiempo y mis propias experiencias personales, fui aprendiendo a desconfiar y me he pasado muchos años practicando la desconfianza más que la confianza.

Poco a poco, me convencí a mí misma de que mis padres llevaban razón y la confianza me llevaba por un camino equivocado. En mi vida he experimentado lo que, para mí, ha sido la traición de varias amistades y ahora me cuesta confiar en las personas que se acercan a mí. Sé que, en el fondo, me da miedo que se repita lo que me ha ocurrido ya muchas veces, me da miedo sufrir y una parte de mí siempre está temiendo que llegue ese momento y me aconseja una y otra vez: “no confíes”.

Con el tiempo, llegué a rodearme de tantas capas autoprotectoras que me ha costado muchos años confiar plenamente en la persona que más quiero, en mi marido. A menudo, me he sentido muy culpable por no confiar en él al 100% pero, con frecuencia, una voz interior me advertía del peligro de hacerlo; siempre sentía que debía esperar lo peor y mantener cierta distancia para que, cuando sucediera lo que más temía, el dolor y el sufrimiento fueran más soportables.

El curso de las 7 energías de crecimiento me permitió revisar mis creencias sobre la confianza. Me permitió tomar conciencia de todas esas frases que, en distintos momentos de mi vida, quedaron grabadas en mi inconsciente y que, ahora ya de adulta, yo misma me repito. También me permitió analizar de dónde proceden estas creencias y me ayudó a comprender la razón por la que mis padres me las decían. Sé que mis padres vivieron situaciones muy duras en sus vidas que les hicieron desconfiar de familiares, amigos, compañeros de trabajo y otras muchas personas y, muy probablemente, ellos también oirían a sus padres dándoles consejos sobre los “beneficios” de aprender a desconfiar.

Imagino que si pudiera mirar hacia atrás, la desconfianza sería una energía que ha estado muy presente en mi clan familiar y, aunque mis experiencias vitales han reforzado esta tendencia a desconfiar, hoy elijo soltar esas memorias agradeciéndolas desde el fondo de mi corazón.

Hoy me he hecho consciente de que mis padres, con sus consejos sobre la confianza, sólo intentaban protegerme, que su intención siempre fue buena, que tan sólo pretendían ayudarme y evitarme posibles experiencias de dolor y sufrimiento. Sé que estos consejos probablemente me ayudaron a enfrentar situaciones que he vivido y que han sido complicadas para mí y también sé que ahora me ayudan a elegir algo diferente.

Yo hoy me permito bajar mis barreras y poner un poco más de luz en mi interior. Yo hoy me permito volver a confiar, a abrir mi corazón a la energía de la confianza y bajar esa energía hasta las plantas de mis pies, hasta mis raíces, anclándola en todo mi cuerpo, en todo mi ser. Yo hoy me permito volver a confiar en mí misma porque, confiando en mí y en mi capacidad para enfrentar cualquier situación que se me presente por más dura que pueda parecerme, sé que puedo abrirme a confiar en la vida y en cualquier persona que se acerque a mí. Yo hoy me recuerdo a mí misma que YO SOY CONFIANZA y permito que la energía de la confianza disuelva cualquier miedo que haya en mí a ser herida, traicionada o a que alguien se pueda aprovechar de mí.

(escrito entre el 19 de agosto y el 19 de noviembre de 2020)

Yosoyluz. Ésta es mi luz. Veo la tuya y la honro.

10 Comentarios

  1. Marien

    Comparto lo que expones. A mi también me ha pasado. Por cierto q da mucha rabia cuando alguien te dice no confíes en…..Yo creo q en algún que otro momento, tanto nuestros padres, amigos…. nos han dicho “no te fíes de”. Como muy bien dices ellos, nuestros padres, lo han hecho con la mejor intención y desde un punto de vista objetivo y desde el cariño q nos tienen o nos han tenido. También nosotros desconfiamos llevados de múltiples causas y prejuicios y como bien dices por las creencias y educación q hemos recibido.
    Pienso q lo más importante es conocerte y confiar en ti mismo.
    Trabajar en ese sentido es el camino.

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    • Irma

      Totalmente de acuerdo contigo, Marien. El camino, para mí, es siempre una mirada amorosa y comprensiva al origen de nuestra desconfianza, SIN JUICIOS, sólo amor a nosotr@s mism@s y a las personas o circunstancias que la causaron. Muchas gracias por tu comentario y un fuerte abrazo de luz.

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    • Emilia

      Agradezco tus palabras y me resuenan tanto , que añado que de ahí vengo yo también, de esa energía. Por eso desde que hice el curso de las 7 energías todavía estoy trabajando la trasformación y la transmutación de esa creencia de la desconfianza que atraen la inseguridad.

      Hoy ya soy consciente que confiar en mi misma atrae la determinación y la estabilidad en mi, para encontrar mi camino y el lugar que ocupó en la vida .

      GRACIAS GRACIAS GRACIAS

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      • Irma

        Muchas gracias a ti, Emilia, por tus maravillosas palabras y por abrir tu corazón para expresar desde ese lugar sagrado tu experiencia con la confianza. Transformar nuestras creencias a veces puede ser difícil, pero es un maravilloso camino de regreso a nuestro interior. Un abrazo grande y mucha luz para tu camino.

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  2. Rocio

    Los pilares de la vida están en ellos inicialmente, es así porque para eso son los padres. Dan lo que ellos piensan que es bueno para sus hijos. Como dice Irma, ellos también han recibido lo suyo. El amor es confianza y, lo que ellos dan es amor que se expresa de muchas formas. Y eso ya lo aprendemos de adultos. La confianza es amor pero la desconfianza tiene otros matices que también hay que ver y es en el sentido que los padres lo decían. Es una forma de cuidado. Y también tienen razón, cuidarnos a nosotros mismos es no permitir que la confianza de otros pasen los limites. Y como dices, Marien, la confianza inicia por nosotros mismos por conocernos y confiar en uno mismo.

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    • Irma

      Muchas gracias Rocío por tus palabras, profundas y sabias. ¡Qué importante es realmente confiar en nosotr@s mism@s! Es todo un camino de aprendizaje y autoconocimiento. Un abrazo grande lleno de luz.

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  3. Olga

    Es interesante leer esto justo hoy. Esta mañana estaba hablando con una persona que está en tratamiento psiquiátrico. Además es adicto a la heroína. Sus compañeros, en situación similar a la suya, son bastante más callados, pero a él le gusta hablar.
    Y yo le respondo y le hago preguntas… Cuando ha venido uno de los terapeutas al final de la mañana justo me ha dicho: “cuidado, éste es peligroso, se le va mucho la cabeza”.
    A mí me gusta pensar que puedo confiar en las personas, pero cuando escucho los consejos de “cuidado”, reconozco que la duda se siembra en mi y mi tercer chakra se retuerce en un nudo que cuesta aflojar

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    • Irma

      Muchas gracias por compartir con todos tu experiencia de esta mañana. Nuestro cuerpo siempre nos da mensajes, aunque a veces nos cueste comprenderlos. Creo que en esta ocasión, sin embargo, el mensaje estaba muy claro. Un beso grande.

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  4. Olaia

    Me encanta tu post. No creo que sea necesario añadir más a lo que tú dices. Creo que rara es la familia que no tiene fugas en la confianza. Por lo que solo queda honrar las decisiones de nuestros ancestros, dar las gracias y asumir nuestra responsabilidad para decidir qué camino seguir en nuestra vida.

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    • Irma

      Me encanta la forma en la que lo explicas, Olaia. Claro y directo. Estoy totalmente de acuerdo contigo. Yo, por mi parte, ahí estoy. Honrando las decisiones de mis antepasados y asumiendo mi responsabilidad en mis propias decisiones y camino de vida. Muchísimas gracias por tu comentario y un abrazo muy, muy fuerte.

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