En el año 2000, terminé un Máster en Logopedia: Rehabilitación de los trastornos del lenguaje y del habla y en 2009, me doctoré en Salud Pública. Pasé dieciséis años de mi vida estudiando, investigando y enseñando cuestiones directamente relacionadas con la salud humana.

Durante años creí firmemente en uno de los principios en los que se asienta la Organización Mundial de la Salud (OMS) cuando en el preámbulo de su constitución, en el año 1946, definió la salud como «un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades».
Para mí la salud englobaba claramente muchos más aspectos que la salud física. Sin embargo, cuando enfermé gravemente hace siete años, todo aquello que, durante tantos años había defendido y en lo que había creído tan firmemente, desapareció en un instante. De repente, parecí olvidar por completo todo lo aprendido y me centré únicamente en vencer a la enfermedad – como si de un enemigo se tratara – en lugar de centrarme en mi salud. Puse toda mi atención y, por lo tanto, toda mi energía, en la enfermedad, en lugar de ponerla en mi salud, como había aprendido y puesto en práctica durante tantos años.
He pasado muchos años viviendo, o mejor dicho, sobreviviendo en una especie de vacío de conocimientos adquiridos y me ha costado mucho volver a mi pasado y reconciliarme con él. Yo hoy me permito honrarlo, recordándome a mí misma aquello en lo que creí tan firmemente y en lo que invertí muchos años de mi vida.
Este largo periodo de confinamiento me ha brindado la oportunidad de reflexionar profundamente sobre muchas cuestiones de mi vida. Éstas son algunas de ellas. Las escribí para compartirlas con muchas de las personas que me han acompañado y ayudado a poner luz en mis días durante el confinamiento pero, al hacerlo, me sirvieron de reflexión y recordatorio de que mi propia salud es mucho más que la ausencia de enfermedad y que está en mis manos cuidarla y protegerla.
“Hoy es día de dar y recibir en la comunidad Okuni. Hoy yo quiero compartir algunas reflexiones que quizás os resulten útiles. Como os comenté en otra ocasión, una de mis especialidades era la salud pública y, creo que ahora que todos estamos más familiarizados con el término pandemia, puede ser un buen momento para pensar en algunas cuestiones sobre las que, por lo general, no nos paramos mucho a pensar.
En estas últimas semanas, nos hemos acostumbrado a asociar el término pandemia con las enfermedades infecciosas y eso está bien, ya que éstas han sido y siguen siendo las causantes de muchas pandemias en todo el mundo.
Yo hoy os invito, sin embargo, a ampliar un poco esta visión y reflexionar unos instantes sobre otras pandemias que existen a nuestro alrededor, que son parte ya de nuestro día a día, y a las que, por lo general, nos hemos acostumbrado y no les damos la atención que se merecen.
En general, sólo nos acordamos de las pandemias cuando nos pueden producir una enfermedad grave o la muerte a corto o muy corto plazo. No obstante, su gravedad en términos sociales, económicos y de salud de las poblaciones es mucho mayor de lo que solemos pensar.
La obesidad, la diabetes mellitus o el sedentarismo o inactividad física, por mencionar sólo algunas, son ya contempladas como las pandemias del s. XXI y está en manos de cada uno de nosotros el frenarlas y disminuir su prevalencia en el mundo. Todas ellas pueden afectar a personas de cualquier edad, sexo, clase social y área geográfica y tienen un enorme impacto no sólo por su elevada morbilidad y mortalidad, sino también por sus consecuencias en términos económicos, sociales y sanitarios.
Según datos de la OMS, en 2016, 41 millones de niños menores de 5 años tenían sobrepeso en todo el mundo, más de 1900 millones de adultos tenían sobrepeso y más de 650 millones eran obesos, estimándose que en la actualidad cada año mueren, como mínimo, 2,8 millones de personas a causa de la obesidad o sobrepeso.
Según el Atlas de Diabetes, en el año 2011, se estimaba que había 366 millones de personas con diabetes mellitus en el mundo, que murieron 4,6 millones de personas por esta enfermedad y que los costes medios de ella supusieron el 11% del total de gasto sanitario mundial en salud. Se estima, además, que esta cifra alcanzará los 552 millones de personas en el año 2030.
La inactividad física genera 3,2 millones de muertes en el mundo. Según datos de la OMS, al menos una cuarta parte de la población adulta mundial, unos 1400 millones de personas, se encuentra en peligro de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, demencia y cáncer debido a sus hábitos sedentarios.
En estos momentos en los que estamos más familiarizados y somos más conscientes de lo que suponen las pandemias para todos los que habitamos este planeta, os invito a haceros las siguientes preguntas a modo de reflexión:
① ¿Cómo me siento al pensar en el concepto de pandemia en un sentido más amplio al que estamos acostumbrados a oír en los medios de comunicación estos días de confinamiento?
❷ ¿Cómo me hace sentir el pensar que pandemia no es sólo aquello que produce una enfermedad grave o muerte a corto plazo a nivel mundial?
③ ¿Cómo me siento al pensar en todas las personas en el mundo que se ven afectadas por diversas pandemias? ¿Puedo verlas con más amor y empatía ahora que yo mism@ soy más consciente de que estoy viviendo al menos una de ella?
❹ ¿Cómo estoy contribuyendo yo a frenar las verdaderas pandemias mundiales en términos de salud?
⑤ ¿Estoy cuidando mis hábitos alimenticios y los de mis hijos y otras personas a mi cargo?
⑥ ¿Estoy prestando suficiente atención a la actividad física?
⑦ ¿Soy consciente de la importancia de reducir el nivel de estrés con el que vivo?
⑧ ¿Practico estilos de vida saludables y soy consciente de su importancia y repercusiones para mi salud y la salud de las personas que están a mi cargo?
Son muchas las cosas que cada un@ de nosotr@s podemos hacer en nuestro día a día para elevar nuestra conciencia pandémica, disminuir aquellas pandemias que son consecuencia de nuestros estilos de vida y reducir los principales factores de riesgo de enfermedad y muerte a nivel individual y a nivel mundial. Espero que esta pequeña reflexión os resulte útil. He puesto mucha conciencia y amor en ella.
Y para los que queráis o necesitéis profundizar más en estos temas, aquí os dejo una pequeñísima selección de enlaces a material científico sobre ellos:
Algunas pandemias en la humanidad. Una mirada a sus determinantes – https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5204437
Entre guerras y pandemias ¿volveremos a ser los mismos? ¿Hay duda de la resiliencia de la humanidad? – https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7271840/
Obesidad: una pandemia que afecta a la población infantil del s. XXI – https://www.researchgate.net/publication/308752422_Obesidad_una_pandemia_que_afecta_a_la_poblacion_infantil_del_siglo_XXI
La obesidad: la verdadera pandemia del siglo XXI – https://www.elsevier.es/es-revista-cirugia-cirujanos-139-articulo-la-obesidad-verdadera-pandemia-del-S0009741116300664
OMS. 10 datos sobre la obesidad – https://www.who.int/features/factfiles/obesity/es/
OMS. Actividad física. Datos y cifras – https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/physical-activity
Prevalencia de la Obesidad en España y los países de su entorno – http://hdl.handle.net/10045/27676
Diabetes mellitus: la pandemia del s. XXI – http://hdl.handle.net/10045/44877
Sedentarismo infantil: pandemia mundial – https://repositorio.uesiglo21.edu.ar/handle/ues21/10332
Inactividad física, ejercicio y pandemia COVID – 19 – https://revistas.udea.edu.co/index.php/viref/article/view/342196/20802578
Buen fin de semana a tod@s” (viernes, 24 de abril de 2020).
Cuando redacté esta reflexión personal, hacía siete años que no escribía nada y, al volver a hacerlo, sentí que mi corazón se alegraba, expandía y latía con más fuerza. Yo hoy me permito poner algo de luz en mi pasado, honrarlo y darle las gracias por todo lo que me ha dado y todo lo que he aprendido de él.
(escrito el 30 de abril de 2020)
Yosoyluz. Ésta es mi luz. Veo la tuya y la honro.
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